De maestros y resistencias

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

La estructura piramidal que se ha constituido en más de 100 años como forma de gobernanza del sistema educativo nacional resiste a las modificaciones e innovaciones necesarias para la prestación del servicio educativo en favor de los niños, niñas y adolescentes, en favor de sus maestros y maestras que hacen con su esfuerzo el marco de consenso con la sociedad mexicana.
Los actores centrales, hacedores de comunidad educativa, la vida de las escuelas, el corazón de las aulas, están tan lejos a veces de una gestión administrativa reactiva que a cuentagotas hace obra y acciones a favor de la calidad de servicio.
En algún momento de su propia historia, la dimensión política se impuso sobre otras dimensiones necesarias al desarrollo administrativo y técnico pedagógico.
Por razones y sinrazones políticas se legitiman decisiones, y como es sabido en voz de los políticos, portadores de mensajes confusos, se cosifica el sector educativo y se hace retórica para impulsar una agenda de cambios de ingeniería de logos, asambleas y webinars de incomunicación, muchas veces para que no cambie nada.
Las alternancias y transiciones sexenales, por un lado fiesta democrática de ilusiones de la incipiente ciudadanía, han sido obstáculos para la madurez institucional en favor de los indicadores de calidad.
La integración de los equipos y la sinergia de los mismos como debilidades de un proyecto educativo del eterno retorno a las palabras y promesas.
El estadio de infancia del sistema educativo nacional y sus actores en materia de gestión administrativa que nos han hecho crédulos y sujetos de un colonialismo de ideas pedagógicas y supuestas innovaciones que el tiempo refleja inoperantes y que hay que poner en el huesario de los errores no aprendidos.
Es cierto, el tema educativo es campo ideológico y desde 1824 se ratifica que es responsabilidad del estado mexicano y por ende, objeto donde hay debate de ideas.
Los conservadores y los ultraconservadores como las voces dominantes en los textos y programas vertebrales, las olas provenientes del centro a la periferia, la capilaridad de los valores y la “buena” educación de las buenas conciencias que trasmina de las clases alta y medias a las mayorías de la clase baja, estas últimas en su rol histórico de perpetuación de pobreza e inequidad.
La educación plagada de metáforas y de canto de sirenas falaces en un país con sed y hambre de justicia y educación de calidad, en donde su geografía humana requiere de ciencia pedagógica y rigor metodológico.
No hay masa crítica formada para el debate y operatividad de las nuevas ideas en construcción en materia de pedagogía popular construida desde abajo.
No hay muchas experiencias en cambios radicales en materia ideológica, la educación socialista cardenista en la SEP a cargo de Bassols y la actual Nueva Escuela Mexicana (NEM) en su última edición del marco curricular 2022, son tal vez experiencias únicas que implican un cambio de 180 grados en el enfoque.
Hay estructuras operativas y mentalidades que seguramente resisten y serán fuerzas restrictivas para instaurar el cambio anunciado.
Hay una atmósfera ezquizofrénica anticomunista que hunde sus raíces en los sesenta y los sesenta, la línea sincrónica de tiempo histórico de las obsesiones curriculares como mera coincidencia en el período neoliberal subalterno de la OCDE.
Los profes y las profes de mentalidad millenials, de mentalidad pequeño burguesa, generacionalmente desideologizados en escuelas Normales que le pegan palazos a ciegas al perfil de egreso.
Las dificultades de hacerse comprender en la episteme de un enfoque y mirada sociológica diferente. Las epistemologías del sur, la investigación participativa militante, la pedagogía crítica y la noción de comunidad con el imperativo de descolonización neoliberal a través de una formación que en el papel promete ser distinta.
La SEP y las secretarías de educación de los estados, elefantes administrativos sin inteligencia institucional ni memoria histórica, dando la vuelta de la noria de la inmediatez.
La manera como se hace administración pública de la educación, los sujetos que la hacen, los que toman decisiones en temas álgidos como presupuestos y plazas laborales, en temas como los fines y objetivos en los planes de desarrollo sectoriales con literaturas pinochas de refundar para 2040.
La reingeniería administrativa, calidad total, planeación estratégica y otras propuestas que a manera de canto de sirenas se posicionan como metadiscurso de las alturas de la cúspide para seguir la analogía de la pirámide.
Queda ahí, justo en la parte alta, y hace capilaridad pobre sobre los hacedores de a pie del servicio, sus educandos, maestros y padres de familia.
Llevar educación de calidad a las mayorías excluidas con ese modelo de educación postcolonial desde el nacimiento mismo del país, desde el nacimiento mismo de las entidades federativas y los municipios, sólo ha provocado esa tremenda brecha socioeducativa que se ensaña con los más débiles en esta economía de mercado de la savia vital para la salud social que es la educación, que para el siglo XXI prometía encerrar un tesoro.
El debate del modelo educativo en la derecha y en la izquierda políticas es muy real en el espacio ideológico de la educación.
Aun con discursos melosos de coyuntura de alternancia o de transición de cambio sexenal gatopardista, en apariencia bien intencionados, la lucha por las inteligencias de las nuevas generaciones es descarnada.
La manera como piensan los docentes, las maneras como hacen educación en las aulas, refleja en mucho la naturaleza de las mentalidades que se orientan hacia naturalizar el individualismo y la competencia, obstáculo evidente para la construcción de comunidad de aprendizaje y del hombre solidario constructor de equipo y comunidad al que refiere el marco curricular 2022.
La actualización que viene en torno al tema en el próximo calendario escolar, el terreno minado de las reformas curriculares anteriores que han quedado en la epidermis de la educación básica incapaz de impactar indicadores de calidad para los sujetos privados socioculturalmente.
El concepto burocrático de la actualización que refleja el estado de infancia en el que se conceptualiza al educador objeto de colonialismo digital.
La educación nacional como utopía para equipar de manera equitativa a su infancia y adolescencia.
El costo económico de una reforma en tiempos de austeridad y de emergencia sanitaria, con apenas pinceladas de NEM en materia de educación inicial, educación ética y vida saludable.
El marco curricular 2022 y sus debilidades pedagógicas, el laberinto de lo social en el plano de las intenciones.
Las entidades federativas que juegan simbólicamente a educar con sentido, sin coordenadas y articulaciones, presas del ensayo y error en materia educativa, los propuestas emergentes de los equipos improvisados.
La categoría de resistencia a la que refiere Henri Giroux, comprender las legítimas formas de resistir a lo impuesto sin argumentación, lo que viene a nivel de Consejo Técnico; lo que viene con la niebla de la autonomía responsable para resolver a nivel local en aulas y escuelas, lo que el tanteo a nivel nacional y estatal no sabe y no puede resolver.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

Comentarios
  • Griselda Gómez

    Agradecer la donación de palabra y saberes Dr. Rubén, que nos convocan a reflexionar respecto de la educación como botín político, el estandarte en el que confluyen los deseo por una parte de la apuesta a la inversión del capital humano en preparación de los hijos por parte de los padres y por otro, los intereses políticos de la clase hegemónica que ve a través de la educación, el espacio idóneo en el cual se siembran las ideologías dominantes. ¿es la educación el instrumento del estado para reproducir clases sociales?, ¿Cómo provocar en el sujeto consciente la reflexión respecto de la descolonización del pensamiento para transitar hacia un sujeto con autonomía?
    Ante el llamado a reflexionar desde la mirada del pensamiento crítico la nueva propuesta curricular de la Nueva Escuela Mexicana, ¿Cómo fortalecer la toma de conciencia del maestro como sujeto – historizado?, ¿Cómo cuidar que la nueva propuesta curricular no sea otra forma de colonizar el pensamiento?, ¿Cómo se mueve la conciencia volitiva del docente ante un escenario de determinaciones neoliberales?, ¿Qué implica una visión crítica?, ¿Qué tipo de maestro se requiere formar?, ¿Con qué habilidades, conocimientos de su ser – estar – hacer?
    El planteamiento propuesto de transitar hacia una enseñanza constructivista, reflexiva e histórica que contribuya a la formación del pensamiento crítico, ¿Cómo propiciar en el maestro, la necesidad de emerger como sujeto – proyecto?
    Considero que el reto tiene que ver con la dimensión ético – político del docente, para encontrar las lógicas hegemónicas de siempre y replantear la transformación de la educación desde el corazonar docente, se hace necesaria la democracia participativa como nueva categoría desde la cual posicionar una nueva forma de relación social y nos invita a sentipensar: “Un mundo donde quepan muchos mundos” (Pensamiento de la comunidad Zapatista de Chiapas, Méx.)

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