De la necesidad de regresar de manera distinta a clases

 en Adriana Piedad

Adriana Piedad García Herrera*

Son muchas las posibilidades de reflexión en relación con el COVID-19 y su impacto en la educación. Ya en este espacio se han expresado diversas opiniones y puntos de vista, yo me voy a referir a la educación Normal; cuando los estudiantes son futuros docentes. La primera reflexión tiene que ver con la flexibilidad. Al inicio del semestre contábamos ya con el calendario de actividades de inicio con la cátedra inaugural y de cierre con los exámenes profesionales. De febrero a julio se programaron las actividades académicas en la escuela Normal y las que han de realizarse en las escuelas primarias. Se cumplió con las actividades de práctica, de acuerdo con el calendario establecido, pero el 17 de marzo todo cambió porque los alumnos no regresaron a la Normal.
Al interior de cada curso también teníamos una programación de actividades que se tuvo que modificar a partir de la fecha señalada. De repente, con base en esa planificación, tuvimos que organizar el trabajo en línea para tres semanas, porque se acercaban las vacaciones. El propósito de las actividades fue hacer un ajuste en las sesiones de clases presenciales para hacerlas a distancia, para lo cual recibimos asesoría y orientación por parte de la escuela. Nuevamente imperaba un criterio de flexibilidad para proponer actividades en línea que permitieran dar continuidad al programa del curso. Al final cada docente lo resolvió de manera particular, yo ya trabajaba desde casa.
Han transcurrido casi cinco semanas desde las primeras incursiones del trabajo a distancia. El próximo lunes “regresamos” a clases, pero no podemos pretender seguir con nuestro programa del curso sólo modificando el medio, es decir, ajustando las actividades presenciales para desarrollarlas en línea. Y aquí hago mi segunda reflexión que tiene que ver con el COVID-19 y la necesidad de incorporar el tema a los procesos de formación.
¿Qué hemos aprendido de esta experiencia de manera personal y profesional? Todos tenemos vivencias que contar, distintas y quizá parecidas, pero dejarlas en la anécdota es insuficiente para resultar fortalecidos, si queremos atender al dicho: “lo que no mata, fortalece”. De la misma manera, como lo hacemos con las actividades de práctica, necesitamos documentar nuestra vivencia personal con el COVID-19 y hacer un análisis, es decir, necesitamos que esta experiencia se convierta en una experiencia formativa, sobre todo porque en nuestra profesión formamos a otros.
Si queremos que algo bueno salga de esta vivencia inédita, tenemos que trabajar en ello; ya se han marcado temas de agenda para el futuro inmediato y mediato en este espacio de discusión y muchos otros. En el tema educativo no podemos esperar a que otros hagan el trabajo por nosotros. Tenemos que prepararnos para incorporar al currículum y a las clases en línea el COVID-19, los coronavirus, el SARS-CoV-2, la diferencia entre virus y bacterias, etcétera, no sólo en Ciencias Naturales, es un tema transversal que puede abordarse en proyectos globalizadores para incorporarlo a la geografía, la historia, la educación socioemocional, el arte, en suma, es un tema que necesita entenderse y asimilarse para vincular la escuela con la vida.
Muchos dirán que ya es demasiado, queremos hablar de otra cosa, pero desde la escuela Normal podemos ver de otra manera el impacto del COVID-19 en el currículum y en los procesos de formación. Esta experiencia no es educativa en sí misma, contamos con las herramientas para hacerlo, este lunes podemos empezar.

*Doctora en educación. Catedrática de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal de Jalisco. adrianapiedad.garcia@bycenj.edu.mx

Comentarios
  • Eduardo oyarzabal

    Muy importante el modificar nuestra planeación e implementar mecanismos de retroalimentación , y sobre todo saber el sentir de los alumnos en su apropiación del contenido e incorporación a sus saberes para aplicarlos posteriormente en su desarrollo profesional.

  • Laura Angélica Hernández Guerrero

    Interesante reflexión.

  • Laura Angélica Hernández Guerrero

    Interesante y propositiva reflexión. Gracias Dra.

  • ROSALIA MURILLO ESCOBEDO

    definitivamente todo lo que esta sucediendo tendrá un impacto muy importante en nuestras vidas académicas y formativas , tanto en lo personal como con nuestros alumnos, algo que me ha costado mucho trabajo es no tenerlos presentes, no solo por la importancia del contacto físico, sino que a la distancia el trabajo es mas difícil porque estas trabajando con la percepción de ellos en los contenidos y calificamos “terceras percepciones”, en mi caso me he tenido que comunicar vía telefónica con algunos de ellos para aclarar algún punto de su trabajo, y eso al mismo tiempo es agradable escuchar sus voces, además de que me doy cuenta que para ellos es una forma de saber que les importamos porque notan nuestra preocupación de que estén bien informados en relación al tema que se esta trabajando y se nota en su sorpresa y tono de voz al tomarnos el tiempo de hacerlo.
    sobre todo porque aún no estamos listos para que toda la formación de esta profesión sea a distancia, no señores, el ser humano no es una maquina, esto es y será siempre solo un medio.

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