De la calma a la turbulencia política y educativa

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Toda coyuntura política o educativa, es el cruce de una serie de acontecimientos en un tiempo relativamente corto, los cuales influyen en modificar o afectar el curso de la historia. La versión 2022 de la FIL (quién lo diría, ha sido pretexto y motivo para dar lugar a la confrontación que se vive local y nacionalmente) y junto con ello, se vincula con los proyectos educativos en turno.
Distintos editorialistas se han ocupado de la pugna político-educativa entre Enrique Alfaro (gobernador de Jalisco) versus Raúl Padilla (exrector y jefe máximo del Grupo Universidad). Dicha pugna toca distintas aristas: el futuro y el presente político, los grupos y los proyectos educativos en la entidad, la distribución de las cuotas de poder, la definición y delimitación entre cercanos, adversarios y confrontaciones políticas, y los métodos o las formas concretas de establecer o de protagonizar una disputa como la de este tipo.
Pero también, en la esfera nacional el presidente de la república descalificó a la FIL diciendo que era un espacio del conservadurismo y un articulista de la sección Ideas del diario El Informador le aclara diciendo que la FIL es un espacio liberal que da lugar a todo tipo de ideas y que es más bien él, la persona que abusa de los monólogos del poder.
Hemos pasado en pocos días de un clima de calma a un contexto de turbulencia, en donde todo se mueve y todo lo que se mueve en política y en educación está vinculado con una consecuencia en cuanto al funcionamiento del sistema, la adhesión y compactación de los grupos políticos que lo atienden y el futuro inmediato de las acciones y decisiones que habrán de tomarse en la siguiente fase de esto que yo le he llamado la actual coyuntura política y educativa.
Por un lado, el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro está preocupado y muy ocupado en tres grandes tareas de lo que formaría parte de su agenda política: a) en responder puntualmente al padilismo para cumplir con esa consigna mencionada por él mismo hace unos días, de que “se le acabó el veinte”, b) ordenar su grupo cercano de asesores y colaboradores en cuanto a las aspiraciones y los compromisos que de ello se desprende, no sólo se trata de decidir quién o quiénes serán sus sucesores o herederos; sino también asumir las consecuencias de lo que suceda cuando se deja el poder local, c) definir un proceso de transición en el corto plazo, pensar de aquí a las elecciones del 2024 cuáles son los escenarios por enfrentar y con qué cuenta para salir avante en su proyecto político a futuro.
El gobernador, en el evento de Recrea Academy de hace un par de semanas, hizo públicos dos compromisos importantes. Que la educación es el elemento más importante de su programa de gobierno desde el primer día y hasta ahora. El compromiso de repartir 60 mil computadoras a todos los docentes del estado. El primer compromiso es ambiguo y las acciones no son muy coincidentes a lo que afirma, pero el segundo compromiso es muy puntual, ya que todas y todos los educadores de la entidad recibirán un aparato electrónico para su trabajo escolar en un contexto post pandémico.
Del otro lado, dentro del grupo padilista que controla a la UdeG, desde hace ya muchos años, se percibe un ambiente triunfalista, el vocero del grupo ha sido el actual rector Enrique Villanueva, él ha sacado la casta en defender a la Universidad, la autonomía y el proyecto educativo de la misma. No se avizora en la actual coyuntura un componente de intermediación o un réferi que garantice en lograr que las partes “le bajen”. Más bien y según las señales recientes, lo que puede pasar es que la pugna se intensifique y suba de nivel.
Otro elemento poco documentado de este contexto de turbulencia y de los actores en juego, tiene que ver con los estilos y los métodos de abordarlos: Pareciera que del lado del gobernador, a él le gusta más el estilo tipo “llanero solitario”, poco asesorado y que también poco caso le hace a sus asesores cercanos y consejeros y, del otro lado, del grupo Universidad se ven posiciones más elaboradas, construidas de manera colectiva y con una racionalidad mas clara de todo lo que está en disputa.
Las implicaciones educativas de todo esto son grandes; por un lado el grupo dirigente de la SEJ está obligado a dialogar con los representantes del Grupo Universidad, sobre todo en lo que tiene que ver con las acciones en la educación superior. Aunque ya se ha visto que la SEJ le ha parecido mejor, (establecer una alianza con las universidades y organismos privados) y, del otro lado, también aparece en la agenda de lo que será el futuro político local, los cambios en la Secretaría de Educación Jalisco. En poco tiempo están pasando cosas que no habían pasado a todo lo largo del sexenio, lamentablemente así son las coyunturas. Es obvio pensar que en el fondo y en todo este contexto de turbulencia, primero se deberá de ordenar la agenda política para luego pasar a la agenda educativa. Los que estamos en la academia o los que esperamos buenas acciones y emisiones en este segundo rubro, preferiríamos un equilibrio o un abordaje diferente, que los asuntos educativos no se aborden con el descaro del criterio político, pero nunca ha sido así, y bueno, lo único que nos resta es esperar para saber qué pasará en el próximo capítulo de esta historia de una pugna ya anunciada, hagan sus apuestas y afinen sus plumas y comentarios.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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