De acciones, incongruencias, molestias e infecciones

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Han sido días difíciles para todos, de mucha tensión, incertidumbre, dudas, molestias, discusiones, inconformidades, en fin, ha habido de todo. El coronavirus vino a cambiar la dinámica de muchos países y cuestionó la forma de actuar de todos ante el problema.
A partir de la invención de los medios de transporte, el mundo se ha hecho cada vez más chico. Es una metáfora que alude a que, debido al permanente y creciente tránsito de personas de un país a otro, resulta cada vez más sencillo traspasar las fronteras y llegar de un lugar a otro, pese a las grandes distancias. El problema es que las enfermedades e infecciones también han viajado.
Cuando se revisa la historia de las pandemias encontramos que muchas de ellas tenían un carácter local o impactaban a regiones que compartían fronteras entre sí.
La contingencia que estamos viviendo actualmente nos obliga a mirar la forma en que otras alternativas han construido alternativas de solución. Afortunadamente, como país, no hemos tenido la desgracia de sufrir muertes como en otras naciones y esperamos que así logremos mantenernos.
Sin embargo, es un hecho que se requiere del esfuerzo, la comprensión, prudencia y ánimo de todos para lograr un objetivo grupal. En otros países hemos visto que se atendieron inmediatamente los casos detectados y paulatinamente han logrado dar de alta a muchos pacientes identificados con coronavirus, en otras naciones se ha procedido a fortalecer las defensas de todos los habitantes, otros han optado por aislarse completamente para evitar el contagio y el contacto, algunos más han cerrado sus fronteras como medida de prevención y la gran mayoría han procedido a incrementar sus normas de seguridad e higiene.
La parte lamentable que observamos en México, y que no hemos visto o al menos no tenemos información al respecto, es la división que existe entre la población con relación a las medidas que se han tomado y la forma en que se manifiesta la inconformidad.
Pese a las reacciones tardías que en apariencia o en la opinión de muchos ha tenido el gobierno, y las evidentes incongruencias, como proteger a los alumnos y alumnas, pero no al magisterio, la actitud que debemos mostrar, como ejemplo educativo y formativo para la comunidad estudiantil que mira y observa a los adultos, tendría que ser la de cerrar filas y no buscar la división. Señalar el error o la omisión de alguien a través de una crítica que descalifica y ataca se puede volver un error aún mayor.
Busquemos entonces las mejores opciones, asumiendo cada uno su responsabilidad y las consecuencias de las propias decisiones y, cuando se perciba que alguien no actúa de forma adecuada para una comunidad, se debe buscar sugerir y brindar propuestas, no difamar, causar pánico o evidenciar un interés político. El país es primero, cada uno de nosotros, dejemos entonces para después las diferencias… pensemos en el legado para las siguientes generaciones. Por favor.

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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