¿Cuánto valen los restos de una cultura?

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Existe a lo largo del mundo, entre muchas personas, una fascinación por la historia y por los vestigios de las culturas pasadas. Lo que aún persiste de las 7 maravillas de la antigüedad, que no contemplaban a América, han representado un interés académico, arqueológico y turístico para muchos, para poder presenciar, atestiguar, la grandeza de creación de las civilizaciones pasadas. En las maravillas del mundo moderno, de carácter más global, encontramos incluso una en nuestro país.
Existen teorías, documentos históricos, intentos de explicación e incluso mitos en torno a éstas y otras creaciones arquitectónicas realizadas por culturas de ayer; sin considerar la forma en que fueron creadas, muchas de esas magnas construcciones hoy se consideran patrimonio de la humanidad y disponen de un gran valor.
Sin embargo, en nuestro país, probablemente también en otros pero no poseo información suficiente para asegurarlo, pareciera que no existe una valoración adecuada en torno a lo que representan e hicieron las diferentes culturas prehispánicas que habitaron en nuestro país. Es un hecho que influyó la llegada de otra cultura a nuestro país, imponiéndonos sus significaciones y derribando y ocultando lo más que pudo las huellas de los pueblos originarios. Afortunadamente con el tiempo fueron descubriéndose diferentes construcciones y hoy en día podemos gozar y apreciar la majestuosidad y riqueza creada por nuestros antepasados. Pero no todo es como debería ser lamentablemente.
En mi familia tenemos gusto y afición por visitar zonas arqueológicas, de las que hemos realizado quisiera compartirles dos casos: el primero ocurrió hace 4 o 5 años que visitamos la zona de La Venta, en Tabasco; iba con toda la ilusión recordando las monografías y estampas de las cabezas gigantes creadas por los olmecas que veía de niño. Grande fue nuestra sorpresa al enterarnos que no hay en ese lugar cabezas originales, sino solamente réplicas. Afortunadamente pudimos apreciarlas en Villahermosa, pero la ilusión rota ya fue inevitable.
El otro caso nos acaba de ocurrir: visitamos la zona arqueológica de Tahomi en San Luis Potosí y grande fue nuestra sorpresa a encontrar vacío el lugar sin visitantes. Inmediatamente al momento de llegar fuimos atendidos y guiados por el señor Tomás Guerrero Lacio, quien nos brindó una amplia explicación y descripción del lugar, brindándonos incluso información valiosa del lugar aún no contemplada por los libros de historia. Al preguntarle por una evidente condición de abandono del lugar, nos compartió la falta de apoyo económico, tanto del gobierno estatal como federal, que impide no avanzar en excavaciones, mantener cuidado el lugar y darle mayor difusión y presencia. En ese momento lidiaban con solicitar mil pesos al gobierno estatal (sí, mil pesos), para dar mantenimiento, pero este apoyo parecía que no iba a llegar.
Esta situación, como la de otras zonas arqueológicas obliga a preguntarnos ¿cuánto vale rescatar, desenterrar y mostrar la riqueza y legado de una cultura? Cada pueblo antiguo, como lo seremos un día nosotros, deja o intenta dejar una huella de su existencia, de su capacidad creadora y creativa, que parece no importarle a aquellos supuestamente responsables de velar por nuestra cultura. Mil pesos ¿de dónde podrían salir? Con un espectacular o un comercial innecesario menos de candidatos a puestos políticos tendríamos recursos para apoyar y velar por la riqueza histórica de nuestro país, pero imagino que ver sus rostros es más importante que ver las obras de los huastecos para los mexicanos. Obtener el dinero de cooperarnos varios es más seguro.
Con un gobierno que pregona la importancia de los pueblos originarios, sería bueno que dejarán de lado la austeridad para después e invirtieran en recuperar mucho de nuestros orígenes: ¿vale la pena invertir en recuperar la esencia de una cultura antigua? Para mí sí ¿alguien diría que no?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

Comentarios
  • Erika Griselda Ramos Mendoza

    Muy buen Articulo Doctor.
    Efectivamente para los Gobiernos hay mil cosas antes, que nuestra riquesa cultural.

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