Cuando todos tienen otros datos

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Durante el presente sexenio, una de las frases más empleadas por el ejecutivo ha sido “yo tengo otros datos” con lo que, de alguna manera no sutil y sí frontal, ha desacreditado la información presentada por diferentes actores sociales con lo cual cuestionan las acciones, los avances y los resultados ofrecidos, por lo que entra en una confrontación con la que se pueden polarizar las opiniones y tomar partido. Como ejercicio democrático ha sido interesante, sobre todo porque en sexenios anteriores la sumisión de los medios de comunicación y de sus analistas era lamentable; la considerable disminución de ingresos recibidos por Televisa de parte del gobierno hace entendible el cambio en la postura, pero esa es otra historia.
Sin embargo, volviendo al tema inicial, es un hecho que siempre existirá la posibilidad de que, individual o grupalmente, se tengan otros datos… y ambas opciones tengan validez, al menos desde los fundamentos e instrumentos que cada postura emplea.
Lo que es interesante es como cada uno, persona o grupo, siente o cree que detenta la verdad cada vez que ofrece un dato, lo que evidencia que el manejo de la información es particular. Así, en cada elección política importante vemos como las encuestadoras y cada partido político presentan sus propios datos, los cuales no siempre coinciden con el resultado final, pero al momento de reportarlas es su verdad. Las televisoras también, en otro ejemplo, en su lucha por el rating, muestran sus porcentajes de audiencia en los que cada uno resultó ganador cuando presentan un mismo programa, lo cual resulta matemáticamente imposible, pero nuevamente es verdad para cada uno; de hecho, en el sector empresarial, en la competencia por vender productos o en la lucha interna por un puesto, cada uno mostrará sus propios datos.
En el campo de la investigación educativa y/o social, otro ejemplo, los datos que el investigador posee dependen de su postura teórica, de los instrumentos empleados, incluso de la escuela de información; por eso pueden existir diferentes investigaciones de un mismo fenómeno o problema y los resultados obtenidos son distintos, pero válidos. Aquí, las posturas podrían complementarse y no desacreditarse.
Y así podríamos continuar con una gran variedad de ejemplos: en discusiones de pareja cada uno tiene sus datos de quien ha hecho mejor las cosas; en una escuela, unos son los datos que tiene que entregar la escuela sobre aprovechamiento y otros los que tiene el maestro o maestra frente a grupo, entre fanáticos deportivos de equipos diferentes cada uno tiene datos sobre ayudas al contrario o perjuicios que ha sufrido su equipo y ambas posturas son totalmente contrarias, etcétera.
Por tanto, hay que tener claro que siempre habrá datos diferentes a los que poseemos y actuar con esa conciencia y no vivirlo como un ataque personal. Finalmente, la realidad, como diría Piaget, acabará por imponerse sobre las personas. Ya el tiempo dirá quién tiene la razón… a menos que alguien tenga otros datos.

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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