¿Cuál es el estado actual de la evaluación en educación?

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Con la creación del Instituto Nacional de Evaluación de La Educación (INEE) en el año 2000 se puso de moda la evaluación educativa y la evaluación en educación en nuestro país. La reforma educativa de Peña Nieto (2012–2018) llevó la evaluación al extremo de copar a todo el sistema. En este momento y, a partir de la desaparición en el INEE, se crea un organismo llamado MEJOREDU, que continúa haciendo evaluación del sistema educativo.
Aun con esta visibilidad y gran protagonismo, la evaluación sigue mostrando distintas inconsistencias ya que no ha servido para tomar las decisiones atinadas, acertadas y documentadas.
Ahora con la propuesta de reformulación o replanteamiento curricular que hace el gobierno de López Obrador, de acordar nuevos planes de estudio, sin embargo, la evaluación perdió protagonismo debido a sus excesos punitivos y a las inconsistencias teóricas y éticas en las que ha incurrido.
El proceso y los distintos dispositivos de evaluación han quedado atrapados en los vicios del pasado, de los cuales no se pueden desligar, aun hoy en día no solo se evalúan a los estudiantes de todos los niveles de la educación básica, media superior y superior, también se evalúan a los docentes para el ingreso y la promoción, y para obtener alguno beneficio en el recorrido vertical u horizontal, también se hace evaluación del funcionamiento del del sistema educativo, lo que se llama la evaluación de las políticas públicas y la evaluación institucional.
Estas nuevas formas y modalidades de la manera de hacer evaluación, aún están en ciernes, poco sabemos de la evaluación institucional y de la evaluación de las políticas públicas y sabemos mucho menos de la evaluación de la evaluación.
Junto con todo lo anterior, se vino un boom de programas y proyectos que se ligaron al proceso de la evaluación en educación. Algunas instituciones comenzaron a operar programas educativos con la finalidad de formar cuadros y agentes educativos especializados en la práctica de la evaluación.
La evaluación, por otro lado, es una asignatura pendiente, nuestro país no ha generado amplias fortalezas en dicho campo, sabemos poco y sabemos mal sobre la práctica en la evaluación, el pecado original en este campo es que la evaluación fue utilizada para castigar y no para retroalimentar cuando se trataba de evaluar a docentes.
Las propuestas de los esquemas de la evaluación de la evaluación y del desempeño docente, son de las signaturas más difíciles de acreditar, principalmente las resistencias desde las prácticas docentes, hay bastas inconsistencias técnicas que se han documentado en este campo.
Necesitamos abrir y facilitar discusiones abiertas y desprejuiciadas, que miren los problemas desde perspectivas diferentes y que sean congruentes con el principio académico de “evaluar para mejorar”.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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