Brecha digital

 en Miguel Bazdresch Parada

Miguel Bazdresch Parada*

Esta crisis sanitaria y económica nos ha permitido ver y observar una situación desagradable sino es que cáustica. Se trata de la brecha de disponibilidad y aprovechamiento de los recursos de la cultura digital, tanto tecnológicos como sociales.
Es una brecha invisible, pues quienes tenemos acceso, en alguna medida, a los recursos de la cultura digital, simplemente los usamos para sustituir los modos presenciales anteriores. Trabajar, contractar, conversar, divertir, comprar, consumir y más se puede realizar sin necesidad de estar presente en los lugares en los cuales cada actividad era realizada antes de la crisis. Poco a poco nos hemos acostumbrado y, si bien, extrañamos la socialización fruto del intercambio y la interacción cara a cara, otras actividades ya las realizamos sin chistar.
Estas nuevas costumbres no nos dejan darnos cuenta de todas las personas, negocios y actividades que no pueden acceder a la cultura digital. Algunos, sencillamente porque las instalaciones necesarias no han sido implementadas por los gobiernos o las empresas dedicadas a esta labor, por tanto, aun queriendo no es posible. Otros, porque no tienen los recursos económicos necesarios para adquirir los aparatos necesarios, así sea un celular. Es algo propio de la situación de pobreza, la cual para muchos de nosotros hace rato que es un dato y no muchas caras de personas concretas.
Edu News, un boletín electrónico del Observatorio de Innovación Educativa del Tec de Monterrey (https://observatorio.tec.mx/edu-news), publica una nota de Paulette Delgado titulada “Los excluidos digitales debieran ser una prioridad global” en la cual aborda el tema de la exclusión digital. Nos advierte cómo se hace evidente esa brecha:

“En un mundo de distanciamiento social y órdenes de quedarse en casa, ha existido una mayor presión por hacer todo en el entorno digital, desde las clases hasta la banca electrónica o compras en línea. Esto ha sacado a relucir el grave problema de inclusión digital que se vive en el mundo… Esta crisis ha puesto al descubierto los desafíos que viven los que están fuera del mundo digital. El no tener conectividad no sólo deja a las personas aún más aisladas, sino también en una gran desventaja…”

En realidad, el problema es la exclusión, cuya solución es la inclusión de las personas y grupos ahora excluidos. En algunos casos, a las personas no les interesa la cultura digital y sus recursos por alguna razón, por ejemplo, impedimentos por vejez o enfermedad, posturas ideológicas y a veces hasta pseudorreligiosas. La exclusión más grave es la privación del acceso a la educación. Niños, niñas y jóvenes excluidos de los bienes educativos y digitales, hoy visibles ante todo el país, reclaman nuestra acción para resolver los obstáculos que les impiden gozar de esos bienes. El reto es para nuestra imaginación creativa.

*Doctor en Filosofía de la educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). mbazdres@iteso.mx

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