Ahora ¿es después?

Miguel Bazdresch Parada

Ha bajado el ritmo de expansión de los contagios de Covid-19 y parece ya llegamos al “después” de la pandemia tan esperado. No obstante, aún no se puede afirmar el fin de este fenómeno, ni siquiera una cierta normalidad. Los focos rojos siguen prendidos por las nuevas variantes y por el peligro de nuevas olas en el transcurso de los siguientes meses.
Por otra parte, si podemos darnos cuenta con mayor detalle de lo sucedido en los meses anteriores, con claridad y sin formas de minimizar o escandalizar sobre el particular. Reconocer lo sucedido con mayor detalle abrirá la puerta al conocimiento de los qué, cómo y porqué sucedieron los sucesos de los dos años de pandemia, a cumplirse en tres meses más. La educación fue un sector muy golpeado por el cierre de las escuelas, centros educativos y apenas estamos tomando nota de la verdadera realidad de lo sucedido en este sector. El empeño en documentar esos sucesos servirá para calibrar, ahora sí, todo lo que hará falta hacer para continuar la tarea educativa con mayor fuerza y como una gran, gran oportunidad de modificar lo modificable para asegurar un paso adelante en los propósitos de la educación en el país y especialmente en Jalisco.
Un actor importante de lo sucedido “a ras de tierra”, sin duda, son las acciones del personal directivo, desde las oficinas hasta cada centro educativo. ¿Cómo enfrentaron los directivos de las escuelas la operación de las decisiones centrales? ¿Cómo fue la relación con niños, niñas y jóvenes? ¿Las familias colaboraron con la operación decidida por los directivos? En este tiempo de pandemia la dirección fue y es clave para establecer procesos rígidos quizá y, a la vez, mantener una actitud empática con los afectados
De ahí la importancia de conocer cómo operaron, en el terreno, los directores a cargo de centros escolares. Algunas preguntas para estudiar pueden ser, ¿mostraron capacidad de liderazgo y con cuáles dimensiones? ¿Reconocieron y reconocen los efectos socio emocionales y en el cuidado de la convivencia de los estudiantes? ¿De cuáles recursos dispusieron para explicar razones de las acciones a tomar? ¿Se limitaron a aplicar lo mandado por la autoridad? ¿Cómo se relacionaron con las familias? ¿Conversaron e indagaron con estudiantes y familia si necesitaban ayuda? ¿Escucharon de viva voz a los estudiantes al cierre y al regreso? ¿Cuáles fueron las lecciones aprendidas para mejorar la gestión?
Las aportaciones de los directores darán cuenta de su estilo de liderazgo, los efectos de sus decisiones y las características del proceso de toma de decisiones, en espacial el cuidado de la convivencia. Asimismo, con sus aprendizajes será posible modificar y mejorar su gestión, las relaciones con sus dirigidos y su relación con la autoridad. También será posible revisar las variantes y los diversos contextos de la acción de los directores y, estimar, la necesidad de mayor formación para el liderazgo y la promoción de la convivencia escolar.
Ahora aún no es después de la pandemia. Es momento de tomarnos cuentas sobre lo actuado.