1984 y las distopías que nos alcanzaron

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

La novela de George Orwell publicada en 1949 es un clásico de la literatura, catalogada dentro del género distópico en la Literatura. Al margen de la trama principal, y de la cual no hablaremos para invitar a realizar su lectura, hay dos ideas que maneja el autor que considero importante resaltar; el libro, desde una prospectiva futurista, planteaba lo que el autor imaginaba estaría presente en lo social 35 años en el futuro a partir de salir a la venta al público, lo cual tardó un poco más, pero finalmente acabó por cumplirse y estar presente en nuestra contemporaneidad sin que muchas personas tengan conciencia de ello.
La primera idea de Orwell es en relación al Gran Hermano o Big Brother como se le conoce internacionalmente. El nombre le resultará conocido a varios, sobre todo porque nos hace recordar un programa televisivo (que dio origen a muchos reallity show en la actualidad), en el que encerraban a varias personas en una casa para poder observar las interacciones y fragilidades humanas en un “ambiente natural” y manifestadas de forma “espontánea”, lo cual dista mucho de ser real. Dichos programas en la actualidad tienden solamente a mostrar a jóvenes y adolescentes en conflictos, peleas, ingiriendo alcohol continuamente y en relaciones sexuales sin compromiso e irresponsables, lo cual desvirtúa totalmente el sentido que tuvo originalmente. En el libro vamos descubriendo a un Gran Hermano que se encuentra en todas las casas vigilando y supervisando a las personas, pero sin que ellas tengan conciencia de que alguien los está escuchando todo el tiempo. Era un sutil y bien elaborado mecanismo de control político que le permitía a un dictador tener y mantener el poder total sobre cada habitante de su país. Desde el presidente Nixon y con personajes como Snowden o aplicaciones como Google Maps hemos podido presenciar que, en la actualidad, estamos siendo permanente monitoreados a través de todo tipo de dispositivos tecnológicos y de comunicación, por lo que la vida privada de muchos ha empezado a ser del dominio y del control público. Ocultos en lo cotidiano y de mucho empleo, tan evidente que no despierta sospechas, tenemos un Gran Hermano sobre todos nosotros.
La segunda idea a considerar es aún más peligrosa y tiene que ver con la implementación de una Neolengua, que implicaba la eliminación de muchas palabras del lenguaje con la finalidad de que la población pensara menos y así se fuera mermando su inteligencia. Hoy en día, en nuestro país, es una triste realidad ver como la profecía de Orwell nos alcanzó: el empleo de las groserías y el uso continuo de emoticones, de imágenes y los programas de autocorrección han logrado que muchos niños y adolescentes principalmente, pero también que muchos adultos presenten un repertorio lingüístico limitado, con un manejo semántico de las palabras pobre y escaso del lenguaje. En diferentes editoriales de Educ@rnos se ha estipulado el papel fundamental y constructivo que tiene el lenguaje en las personas, por lo que su escaso o nulo manejo, así como su poca estimulación está propiciando que la Neolengua surta efecto en la sociedad.
Orwell fue un visionario, solamente calculó mal los tiempos pero se cumplieron sus vaticinios. Ya lo podemos decir: estamos viviendo en un mundo distópico. Que triste.

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

  • Verónica Vázquez-Escalante

    Me uno a su comentario y lo felicito por saber decir lo que muchos vemos y difícilmente podríamos (yo) decirlo mejor. Este artículo, espero, resuene para que haya mas conciencia entre las nuevas generaciones que piensan todo existe a partir de que ellos tienen uso de razón.

  • MARCO ANTONIO GONZALEZ VILLA

    Muchas gracias. Siempre serán bienvenidas palabras de una persona como usted

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